Miguel Ángel Cáseres
Poeta, escritor, historiador. Actual Coordinador de bibliotecas y archivos de Salta
Poemas
Preguntas por qué te quiero.
Respondo simplemente que no sé.
Soy feliz cuando estoy contigo
amándosete sin buscar explicaciones.
Será porque te quiero
que tu ausencia me enloquece.
Cuando faltas las tristeza cubre mis ojos
y abrazo las distancias esperando que regreses.
Eres como un fruto maduro
que mi boca busca en las tardes del verano
para dejarse llevar como las aspas de un molino
y acompañar el giro de los tulipanes.
Me gusta tomarte de las manos
para sumergirme en los atardeceres
sustraerle al arco iris sus colores
y mirarlos reposar en tu mirada.
Preguntas nuevamente
y te contesto
que solo sé que te quiero,
que soy feliz de tenerte
que lamento haberte buscado tanto tiempo
y haber tardado tanto en encontrarte.
Que me entrego a ti completamente
como se entrega el río su cauce
como el tallo a la rosa vespertina
y el trigo a los brazos del labriego.
Me entrego como enamorado en su vez primera.
Como el beso a la niña quinceañera.
Me entrego y te pertenezco
a ti mujer.
En ésta nuestra primavera
me entrego sin respuestas ni pudores
sólo porque te quiero.
Miguel Ángel Cáseres
Sin fecha
Si tienes ganas de luchar
de enarbolar la bandera de combate.
Si las ideas son el estandarte
si el mojón a conquistar, nos acerca a la libertad.
Si la causa no se encierra en las consignas,
en la mezquindad de los intereses sectoriales.
Si has encontrado la llave para despojarte del monedero que encarcela tu cerebro.
Si entonarás la canción desopilante
que forma parte de este pueblo militante
historia misma de un laberinto doctrinario.
Si te animas a soñar la victoria del pueblo liberado
Si a pesar de todo eres capaz de entregarte
esquivando estandartes con sofismas.
Cuenta conmigo, que con todos mis temores
en esa lucha, he de acompañarte.
Miguel Ángel Cáseres
Salta, 07/04/07
Porque eres como el aire que respiro.
Como el alimento que consumo.
Como el color al arco iris.
Como el rayo solar al crepúsculo.
Como la hoja echada al viento en el otoño.
Como la moneda al mendicante.
Como la plegaria al suplicante.
No me pidas lo imposible.
Como separar el verso del poeta.
A la rosa de su tallo
A la locura del Quijote.
Al juglar de su camino.
Al combatiente de su causa.
Lo que pides es mucho más que un desatino,
Por lo tanto no reiteres el pedido.
No me pidas que te olvide.
Miguel Ángel Cáseres
Salta, 07/04/07